Han llegado las vacaciones.

Ya están aquí. Después de unos meses de duro trabajo acompañando a personas con unos objetivos claros en sus vidas, ha llegado el momento de desconectar y poder reflexionar sobre el trabajo realizado.

Desconectar. Que palabra tan difícil para mí, pues me es muy complicado poder olvidarme de mis coachees, de mis clientes, de mis lecturas profesionales, de seguir aprendiendo para poder ser mejor en mi trabajo, de mi ordenador. Y encima me he comprado uno más pequeño, como si quisiera llevar todo con lo que trabajo a todas partes. Qué difícil es romper ese cordón umbilical. No creo que sea culpa de las nuevas tecnologías, sino de nuestra forma de ser. Y a mí me cuesta mucho “salir de la nube” e irme a otra “nube” a estar tumbado.

Los resultados han sido realmente satisfactorios. Personas con una meta profesional de cambio, han sido capaces de llegar a realizar con éxito su transición, estando de nuevo disfrutando de un nuevo reto y sintiendo como su autoconfianza, su seguridad en sí mismos y sus ganas de aportar un valor a la sociedad se incrementa con el paso de los días.

La situación que estamos viviendo en el país no alimenta las circunstancias para que las metas que nos proponemos sean llevadas a cabo, pero no debemos dejarnos caer en la desilusión y la desesperanza, y en base a unos buenos planes de acción, trabajar para llevarlos a cabo.
En fin, mi plan de acción para los próximos días es descansar, y aunque no desconecte del todo seguro que me reincorporaré al trabajo con la mayor ilusión del mundo para seguir apoyando a los demás en su consecución de sus objetivos y metas.

¡¡¡Que las disfrutéis¡¡¡¡